lunes, 7 de enero de 2013


La Rosca de Reyes y la búsqueda de la felicidad

Todos tenemos derecho a vivir, a ser libres y a buscar la felicidad.
Declaración de la Independencia de los Estados Unidos.


A la par de la festividad católica de la Epifanía (manifestación del Señor) es común que por tradición las familias mexicanas –y también de otros países con sus variantes- se reúnan para comer un pan elaborado especialmente para ese día, conocido como “Rosca de Reyes”. En dicho pan se ocultan una o varias figuras que representan al Niño Dios que los Magos de Oriente del relato bíblico buscaban ansiosamente aún a costa de las dificultades que tuvieron que enfrentar.

Así las cosas, según la tradición los comensales deben partir una rebanada con el fin de encontrar la figura que simboliza a Dios y por tanto la bendición de encontrarlo y compartir la alegría mediante un festejo que se lleva a cabo el 2 de febrero en donde se festeja a Santa María en su advocación de Candelaria.

Sin embargo hoy en día, la tradición ha tomado “desgraciadamente” un giro muy acorde a los tiempos actuales “salvo muy honrosas excepciones” que es de lo que hoy quiero hablarles:

En las ultimas festividades, más allá de querer encontrar “el muñequito”, “el niño” o como le conozca cada familia, ante el inminente compromiso de invitar al resto de la familia a un festejo, muchos miembros deciden no participar o lo hacen renuentes o temerosos.

Obvio que no desconozco que muchas personas pasan por situaciones económicas precarias que les dificultan el poder cumplir con el compromiso de un festejo (como es el caso de la tradición de la rosca). Sin embargo soy consciente también de que el dar y el darse a los demás, el hacer cualquier cosa que me implique un esfuerzo adicional por el otro (aún tuviera dinero), es una costumbre que poco a poco se va perdiendo especialmente en las ciudades en donde la confianza interpersonal y la unión familiar se pierden cada vez más, aislándonos so pretexto de la falta de tiempo y/o de la inseguridad creciente, haciéndonos rehuir, en lugar de propiciar, los encuentros interpersonales que tanto nos enriquecen y llenan nuestras necesidades afectivas.

Ante la cultura imperante del menor esfuerzo, el egoísmo y la falta de compromiso, la búsqueda de lo que sea, incluso de la propia felicidad se ve empañada por la flojera, los caminos fáciles y/o la espera de soluciones mágicas, que al no dar resultado provocan stress, insatisfacción, problemas sociales, depresión y lo que se acumule.

Y si el concepto “Felicidad” (establecido en documentos como la constitución de los Estados Unidos) llega a ser tan intangible y sobrevaluada, ya no digamos la búsqueda de Dios, el autoconocimiento de nosotros mismos y la construcción de relaciones solidas y duraderas tan importantes para el logro de una vida plena.

En la película de “En busca de la Felicidad protagonizada por Hill Smith y que se basa en un caso verídico, vemos a un hombre determinado, inteligente y trabajador que llega a triunfar no sin antes pasar por muchas dificultades, tocar muchas puertas y levantarse de muchos tropiezos.

Y no digo que tengamos que pasar “las de cain” para lograr nuestros objetivos pero he comprobado que la cultura del menor esfuerzo nos hace valorar menos las cosas y disfrutar de los beneficios edificantes y fortalecedores de “los retos” y de la sensación plena y gratificante de los éxitos logrados con el esfuerzo.

Así las cosas, en los albores de este nuevo año, me invito y los invito a que nademos contra corriente para revertir esas tendencias que dañan a nuestra sociedad y por tanto a nuestras familias y a nosotros mismos.

¿Encontrar la figurita del Niño Dios en la Rosca de Reyes es para ti una bendición o una contrariedad?...Vivir la vida es una bendición o una contrariedad?....¿Reunirte con amigos es una bendición o una contrariedad? ¿Tener trabajo es para ti una bendición o una contrariedad....Tu eliges la pregunta, y tu eliges la respuesta....¿Mejor contar bendiciones que desventuras que no crees? y así empezamos el año con balance positivo y lo acrecentamos para que sea mayor cada ves.

Independientemente de las creencias de cada quien hago votos porque la generosidad y el compromiso crezcan en los corazones de la humanidad y no postergemos la construcción y la búsqueda de nuestra propia felicidad.
Significado y origen de la Rosca de Reyes
> La Rosca de Reyes representa una corona, la cual se adorna con frutos secos y cristalizados de colores simulando las joyas que estaban incrustadas en las coronas de los Santos Reyes que significan Paz, Amor y Felicidad.

> El niño que se esconde recuerda el momento cuando José y María escondieron al niño Jesús para salvarlo de Herodes.

> El hecho de comerse el pan se relaciona a la comunión con lo sagrado del personaje recién nacido.

> Para los cristianos, la forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin.

> Los dulces o frutos cristalizados son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.

> El muñeco escondido dentro de la rosca simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía.

> La tradición dicta que quien encuentre al niño en el pedazo de rosca, será quien lo cuide hasta el 2 de febrero, lo vestirá y lo presentará al templo, como lo presentó la Virgen María.

> Diversas investigaciones aseguran que el origen de la Rosca de Reyes viene de Francia, donde se creó una gran rosca donde adentro se escondía un haba.

> En la actualidad, en Francia el pan que se come lleva el nombre de galette des Rois o torta de Reyes, tiene una forma plana y es de pasta de hojaldre.

> En España se llama Roscón de Reyes, se hace con agua de azahar y va decorado con frutos secos, muy similar a la rosca mexicana.

> Según el tamaño de la rosca, es la cantidad de muñecos que se introducen en la misma y se parte el día 6 de enero por la tarde o noche en compañía de la familia.

> Se considera que esta costumbre sirve para celebrar la última reunión de las festividades de Navidad y en muchos países se acostumbra intercambiar regalos para recordar los obsequios que dieron al Niño Dios, los Tres Reyes Magos. 

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"Podre no estar de acuerdo con lo que dices, pero defendere hasta la muerte tu derecho a decirlo" Voltaire
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